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RECORTES DE PRENSA AN-KI

Núria Juanico Llumà - Diari Ara

El espectáculo sensorial mes sortomando para ver en familia

'An-Ki', de Cía. Ortiga, es una experiencia con todos los sentidos que invita a amar a los árboles ya defenderlos

Núria Juanico Llumà

El espectáculo ha terminado, pero algunos quieren repetir. "¡Quiero volver a la cabina del gigante!", exclama un niño que se ha pasado todo el rato boquiabierto, mientras los padres le empujan hacia fuera. Los pequeños se lo han pasado pipa, pero los mayores también. "Es una de las obras de teatro más bonitas que he visto", comenta otra espectadora a su acompañante, justo después de una de las funciones realizadas en Banyoles. An-Ki, de Cía. Ortiga, es una pieza teatral que rompe con las convenciones del género, juega con los sentidos de los espectadores y los zambulle en un universo hecho de barcos que se llevan los árboles y de una niña, Adja, que intenta salvarlos . El público entra a través de una carpa que la compañía instaló en la Factoría de Artes Escénicas de Banyoles a principios de marzo y que se desplegará en Igualada del 30 de marzo al 2 de abril dentro de la Mostra, la feria de espectáculos infantiles y juveniles.

Andreu Gomila - Tiempo Artes

Las historias

03 abr. 2023

Andreu Gomila

Contar una buena historia, con los recursos que hagan falta, es el objetivo de cualquier compañía que se dedique al teatro, tanto si es belga y pasa por el Lliure como si es de Banyoles y la encontramos en la Mostra de Igualada.

Si 'Hamlet' sigue haciéndose 400 años después de que Shakespeare lo escribiera es, sobre todo, porque cuenta una buena historia. Turbia, criminal, loca, lo que quieran. Además, tenemos una poética sublime. Lo mismo podemos decir de Tío Vania' o de 'Hedda Gabler'. Cualquier dramaturgo aspira a escribir obras buenas y una compañía que acepta el reto de llevar a escena cualquier cosa es porque tiene la necesidad de contarla. Y esto vale tanto para el teatro en mayúsculas, lo que se exhibe en grandes salas, como en la calle o en una carpa de circo.

Muy a menudo miramos, quienes nos dedicamos al teatro para adultos, las producciones para niños y jóvenes como un género menor o como un arte menos exigente. Luego vas a la Muestra de Igualada y te topas con una de las piezas más brillantes que has visto en lo que llevamos de año y madrigueras de la silla: 'An-ki', de la compañía Ortiga. Una historia triste, inmersiva, pensada para criaturas de más de 6 años, que nos sumerge en un mundo de cuento y que a la vez no se aleja ni un milímetro de las grandes preocupaciones de nuestro tiempo.

La compañía Ortiga utiliza títeres y objetos para hacer 'An-ki'.

'An-ki' es una pieza para veinte espectadores, donde se mezcla el teatro de títeres, el de objetos y el visual. Ortiga te narra la vida de una niña que vive feliz en la naturaleza hasta que llegan unos gigantes que arrebatan árboles. Veremos qué ocurre antes y qué ocurre después. Nos moveremos por diferentes espacios de la carpa, nos sorprenderemos, incluso reiremos. Lo mejor es que la historia te agarra por el cuello desde el primer momento. Quieres saber quién es ella, Adja, de dónde vienen los gigantes, qué sucederá. Los de Banyoles te llevan de la mano y, si es necesario, la miman.

Ortiga ha construido un espectáculo tristemente bello que no sólo fascina a los niños, sino que también convence a los mayores. Siempre he pensado que, cuando una pieza creada para todos los públicos es buena de verdad, no sólo gusta a los pequeños, sino también a los mayores. Recuerdo perfectamente la hilera de niños y niñas boquiabiertos observando, en el Mercat de les Flors, la sinfonía de bolsas de plástico bailando en 'El après-midi de un foehn' de la compañía Non Nova de Phia Ménard. Y los adultos que descuidaban la boca igualmente. Incluso aquí existía una buena historia.

En Europa, hace muchos años que las primeras espadas del continente levantan espectáculos para niños y jóvenes. David Lescot o Tiago Rodrigues lo han hecho. Y aquí, prácticamente sólo se han puesto Agrupación Señor Serrano y El Conde de Torrefiel. Con un lenguaje marca de la casa, contemporáneo, sin pensar que los pequeños son idiotas capaces de tragar cualquier cosa. La grandeza de An-ki tiene que ver con ello, en cierto arraigo en el mundo, en unos elementos comunes, en unos miedos compartidos.

'Kingdom', de Anne-Cécile Vandalem, tiene mucho que ver con 'An-ki'. Ambas son una tragedia y hablan de una catástrofe. La única diferencia se encuentra en las dimensiones."

Oriol Puig Taulé - Nube

Una Muestra vivaracha y exitosa

Crónica de tres días en la Mostra Igualada, la feria de espectáculos infantiles y juveniles de Cataluña

 

"Tuve la suerte (¡gracias, Clara!) de poder entrar en la carpa de la compañía Ortiga, donde vi a An-ki, lo que para mí fue el mejor espectáculo de esta Mostra. Y no debo ir demasiado equivocado, porque en la última Feria de Títeres de Lleida este montaje fue galardonado con cuatro premios.

Al final de todo, la compañía nos pidió muy educadamente que no explicáramos nada de lo que habíamos visto, y servidor de ustedes es muy obediente. Sólo diré que se trata de un espectáculo-experiencia, un viaje sensorial en el que conoceremos la historia de Adja, y una de las vivencias escénicas más bonitas que he vivido últimamente.

Marionetas, objetos, sombras y trastos de todo tipo conviven en una propuesta con mil y un detalles donde todo está cuidado con muchísimo cuidado. No se pierdan An-ki si ocurre cerca de su casa. Por la reacción de algunos programadores presentes en mi pase, me parece que oiremos hablar de ello. Y a Julia, con cinco años recién cumplidos, también le gustó mucho."

https://www.nuvol.com/teatre-i-dansa/dansa/una-mostra-eixerida-i-reeixida-313921

Dani Chicano - Escena Familiar

El poder de las historias

"En cualquier feria o muestra hay ese espectáculo que te emociona, que te maravilla. En mi caso voy tarde, ya que lleva varios meses de rodaje y conquistó todos los premios habidos y por haber ahora hace casi un año en la Feria de Títeres de Lleida, pero el espectáculo An-Ki, de la compañía banyolina Ortiga, es de aquellos que no se olvidan. Se trata de una experiencia teatral inmersiva en la que todo está medido al detalle y de la que no conviene descubrir mucho, sólo que en el trasfondo de la historia está la deforestación y sus consecuencias para la humanidad, pero la forma de explicarla es de una poesía y una fuerza visual maravillosas, hasta el punto de que, durante una hora, niños y adultos sólo viven para seguir las aventuras de Adja y An-Ki, protagonistas de esta historia a través del gesto, la manipulación de títeres y objetos, la luz y la recreación de ambientes sonoros. Dentro de una vela cabe un mundo que vale la pena visitar."

https://www.escenafamiliar.cat/categoria/reportatges/

Precioso cuento al oído

por Jordi Bordes Recomienda.cat

An-ki predispone desde la espera. A media voz, llegan las indicaciones para moverse en la carpa. Una tenue campana da el pistoletazo de salida. A oscuras, se inicia un trayecto desde las líneas de la mano. ¿Qué tiene las sigan suavemente con los dedos añade un intenso aroma.

Estamos dentro para que nos cuenten una historia trepidante de la que nada se puede desvelar. Se trata de un combate entre David y Goliat. De ambición vs respeto. De hombres usurpadores y niñas que abrazan. Sigue el coraje de Chipko. Por el pasaje, en clave de teatro de los sentidos, la vista cede protagonismo al oído y al tacto. Los pasajes van teñidos de aventura, de intriga, que divierte la casaalla y conmueve a los adultos. La pieza explicada como si fuera la primera vez que se sientan al borde del fuego tiene una notable coordinación que sucede desde lo invisible.

Absortos por el relampagueo y el crepitar de la llama, las sombras cálidas invaden el espacio donde respira un grupo de semidesconocidos acurrucados, para no perderse el hilo de la trama. En el cuadro de al lado, el reflejo en el cristal permite imaginar desiertos, tormentas, llantos y besos desde la intimidad y el secreto. La peripecia tiene vida en el exterior al pase de las 19h de la Muestra de Igualada: un haz de pájaros descansan en las ramas de un árbol mientras el sol declina. El pasaje de An-ki ha enseñado a valorar cada árbol que atravesamos por el camino. Hay entonces que plantar. Como en jardín de Marga Socias la Natura tiene aire de entrañable contrabando. Desobediencia como ésta al capitalismo voraz empuja a confiar en la civilización.

Xosé Vidal - Titiresante.es

EL UNIVERSO DE LA CÍA ORTIGA

An-ki es el número del nuevo espectáculo de la compañía de teatro Ortiga que se estrenó durante la Feria de Títeres de Lleida. Cía. Ortiga es un proyecto artístico afincado en Banyoles que une lo social con el ecologismo y del que salen numerosos talleres y acciones artísticas para elevar la conciencia de la sociedad sobre el problema de la degradación de los territorios y la restauración de los ecosistemas.

 

Foto compañía

El proceso creativo fue largo y, preguntado sobre el mismo, nos contó Guillem que “Hemos estado en residencia artística dentro de un monasterio, durante un año, y después otro año en el Convento de Pontós, donde hay un proyecto cultural llevado a cabo por la asociación Mutte”.

En el interior de una carpa convertida en laberinto y con varias estancias que albergan diferentes instalaciones, los cinco intérpretes, codirectoras y productoras del espectáculo, Ingrid Codina, Guillem Geronès, Clara Centenera, Marc Selles y Michael Lecuyer, proponen un juego inmersivo en el que tú no sólo escuchas y miras, sino que también te mueves, tocas y oyes y padeces. An-Ki aúna teatro del objeto, de la máscara y de figuras animadas. También es un teatro de las emociones, expresadas a través de las acciones con esos objetos que contienen la memoria del mundo, de un mundo que desaparece.

 

Foto compañía

A nivel emocional cuenta Guillem que “Una de las frases que más marcaron la obra fue la de una mujer siria, que vivía en Argentina y decidió volver a Siria durante la guerra, porque dice que si todo el mundo se va quien va a cuidar de la tierra que los ha visto nácer”.

An-ki te sumerge en ese ambiente desolador y sufres con lo que te muestran los personajes que transitan por el espacio casi como “chamanes”, con lo que expresan las imágenes que giran en torno a la degradación del medio ambiente y también con la visión del incierto futuro que nos depara esa destrucción.

 

Foto compañía

An-ki está dirigido principalmente a grupos reducidos de escolares. Señala Guillem que “Para que una experiencia arraigue dentro de la persona, depende de la intimidad y de la escucha, por eso la propuesta es con tan pocos espectadores. Nuestro objetivo es cuidar y escuchar a cada persona que entra a vivir la experiencia, y que salga con una semilita dentro. Es prácticamente imposible generar esto con grupos grandes, o requeriríamos de grandes infraestructuras y mucho equipo, por eso hemos optado por un público reducido”.

 

Y a ese público reducido An-ki les propone también esperanza, amor y trabajo. Trabajo para cuidar el planeta, proteger el territorio y preservar la diversidad. Trabajar durante tres años para preparar este intenso y provocador espectáculo, “vital para despertar una conciencia ambiental y social que es uno de los objetivos que tenemos como compañía”. Una obra que remueve el espíritu y en la que te ve como constructor a la vez que destructor. Un enano que por veces se convierte en gigante que todo lo arrasa.

An-ki significa UNIVERSO.

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